Lo que han hecho estos científicos es crear microclusters de silicio y huecos de 20 a 40 nanómetros en una lámina de grafeno (de nuevo el concepto de esponja) para incrementar el proceso de oxidación. El resultado es, como os adelantamos en el titular, baterías que cargan en 15 minutos y tienen cerca de una semana de autonomía que podrían ver su versión comercial dentro de cinco años.
El problema, que siempre tiene que haberlo, es que estas superbaterías pierden capacidad de carga con mucha rapidez. Después de 150 ciclos de carga y descarga, los científicos de la Northern University han constatado que pierden gran parte de su capacidad, estabilizándose en ‘sólo’ cinco veces más rapidez y autonomía que las actuales.
Según el Doctor Harold Kung, jefe del proyecto, el equipo está estudiando el problema y se encuentra en posición de llegar a una versión comercial de estos dispositivos en un plazo de cinco años. Con estas cosas, lo mismo nos sorprenden el año que viene como no vemos ningún avance en 10. Crucemos los dedos.
Vía | Electronista
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