Y es que de 98.9% de todos los hogares que cuentan con una televisión (o más), para 2012 el número bajará hasta 96,7%, si ya sé que no es una cifra como para gritar que la televisión está muerta (dudo que muera ahora que ya se colgó del internet para sobrevivir), pero cuando menos hay esperanza de que un día la televisión reduzca su margen de embrutecimiento.
Todavía no se conocen los efectos a largo plazo, pero la disminución puede deberse a que las parejas jóvenes están optando cada día más en substituir la televisión por una computadora o cuando menos dejando de lado su televisor para consumir los videos en línea.
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