La renuncia temporal a un mercado que se extiende principalmente por Estados Unidos y Canadá, responde al mayor número de usuarios existentes a nivel mundial de redes GSM, facilitando de este modo una distribución a mayor escala de su nuevo sistema operativo.
Lo más perjudicados son los usuarios de los operadores CDMA estadounidenses Verizon Wireless y Sprint, los cuales se verán forzados a esperar hasta la primera mitad de 2011 para hacerse con un teléfono con Windows Phone 7.
Mientras Sullivan pretende darle algún tipo de sentido a esta decisión, no podemos dejar de preguntarnos si ésta tiene algo que ver con la debacle motivada tras el poco éxito de sus terminales Kin, causándo unas pérdidas estimadas en 240 millones de dólares (unos 184 millones de euros).
Sobre todo si tenemos en consideración el jugoso rumor que circula por algunos mentideros en el que se habla de la disconformidad mutua existente entre Microsoft y Verizon en el tratamiento del producto, achacados al largo ciclo de desarrollo de los terminales y a una tarifa de precios abusiva.
Vía | CNET.
No hay comentarios:
Publicar un comentario