O, dicho en otras palabras según Timothy Julian, el estudiante de Stanford que ha co-realizado esta tesis doctoral: “si compartes tu terminal táctil, compartes también tu gripe”
Así que a partir de ahora, cuando le pidamos al amigo de la pandilla que nos deje su iPhone para jugar un ratito al Crash Kart, primero habrá que fijarse que no lleve encima un cargamento de kleenex y una buena cantidad de moquillo cayéndole de la nariz.
¿Aún no se sienten suficientemente concienciados con esto que he dicho? Entonces apelo al apunte que el Sacramento Bee hace al respecto del estudio:
Los teléfonos móviles albergan 18 veces más bacterias que la palanca de la taza WC de los típicos servicios para hombres.
A partir de ahora creo que voy a usar mi Desire táctil con una palanca de WC en lugar del dedo.
Como siempre, me queda la curiosidad de saber cómo recopilaron los datos estos chicos del Sacramento Bee. Debe ser un trabajo bastante degradante esto de ir de lavabo en lavabo sacando muestras de las tazas de WC…
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